sábado, 1 de julio de 2017

DEMENSIONES

LA EMOCIÓN SANA

Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *

Cuando Ricardo asistió por primera vez a consulta con el psiquiatra, no entendía por qué los especialistas que lo habían examinado previamente lo habían remitido a dicho profesional; para él era claro que tenía una afección física y no psicológica. ¿Cómo se podía “inventar” –le preguntaba al terapeuta– las taquicardias, la sudoración, el dolor en el pecho y el desarreglo intestinal? Ricardo tiene 55 años y hasta hace seis meses llevaba una vida tranquila junto a su familia; pero por amenazas de tipo extorsivo, las autoridades le recomendaron que se viniera a vivir a Pereira de manera temporal.


Un mes después de haberse instalado en su nuevo hogar, empezaron los síntomas; se le realizaron todos los estudios requeridos pero no se encontró  ningún daño o disfunción orgánica que los explicara. Para él fue difícil entender la razón de la consulta en Psiquiatría porque siempre se ha considerado a sí mismo como “alguien muy cuerdo”.

Después de algunas sesiones, tras las cuales experimentó una mejoría significativa, se atrevió a preguntar: “¿Por qué se me quitaron esas sensaciones tan desagradables con solo contarle parte de mi vida? ¿De verdad yo me estaba inventando todo esto?”. Sin embargo, hay que resaltar que los síntomas de Ricardo son tan reales como los de cualquier enfermedad física.

El origen de su enfermedad está en algo que ha sido demostrado de manera fehaciente por la investigación científica actual: los humanos somos seres holísticos o integrales; lo que pasa en el cuerpo pasa en la mente y lo que pasa en la mente pasa en el cuerpo. El dualismo sustancial o cartesiano que planteaba que “el cuerpo y la mente son entidades distintas, cuyos comportamientos son fundamentalmente diversos”, debe ser superado.

La angustia que estaba viviendo Ricardo al ser desarraigado de su hábitat no solo la experimentaban la mente y el sentimiento, sino su propio cuerpo, porque el cuerpo padece lo que experimenta el ser en su totalidad. La emoción puede enfermar o puede ser fuente de sanación en el ser humano.  www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16

*Uriel Escobar Barrios, médico psiquiatra. (Esta columna de opinión es responsabilidad directa de su autor)

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