sábado, 17 de junio de 2017

DIMENSIONES

LA SIMPLICIDAD DE LA VIDA

Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *

El universo funciona a través de ciclos que se van repitiendo a lo largo del tiempo: en el caso de la Tierra, está el ritmo solar, que se reproduce cada 365 días; el ritmo lunar, cada 30 días; y el nictameral o circadiano, cada 24 horas. Todos los fenómenos naturales que ocurren en el planeta, así como los seres que habitan en él, funcionan de igual manera.


La cosmología que estudia estos fenómenos ha demostrado que la vida es un suceso rítmico y que ninguna actividad es continua, sino cíclica; esto quiere decir que se va repitiendo de manera incesante porque no existe la continuidad en ninguna de las manifestaciones de la naturaleza.

Los seres vivos –y entre ellos, nuestra especie– también tienen el mismo tipo de funcionamiento del cosmos, y se puede decir que son un producto adaptativo de él. La cronobiología, que es la ciencia que estudia los ritmos biológicos en la salud y la enfermedad de los seres humanos, ha descrito los ritmos circadianos para referirse a los cambios físicos, mentales y conductuales que se presentan en un período de 24 horas, los cuales son influenciados por la interacción del organismo con fenómenos medioambientales como la luz y la oscuridad. Desde esta perspectiva, la salud humana es resultado, en gran medida, del respeto que tiene el individuo por estos principios inmutables que rigen el universo.

La especie humana debe reconocer la simplicidad y la belleza del funcionamiento cósmico; no debería haber ninguna duda en el importante papel que nosotros desempeñamos para conservar o romper este equilibrio. Como colectivo, debemos cuidar y proteger el planeta; y como individuos, el reto es volver a lo simple: tomar solo lo necesario para nuestra subsistencia en condiciones de dignidad y compartir con nuestros semejantes los regalos que el universo nos da.

La Tierra produce suficientes alimentos para la preservación de todos sus pobladores; el desequilibrio se da cuando unos pocos acaparan lo que ella produce, en detrimento de la supervivencia de los otros seres que tienen igual derecho a disfrutarlos.  www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16

*Uriel Escobar Barrios, médico psiquiatra. (Esta columna de opinión es responsabilidad directa de su autor)

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