viernes, 8 de diciembre de 2017

DIMENSIONES

ACEPTARNOS EN LA DIFERENCIA

Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *


El domingo tres de diciembre del presente año, unos niños que conforman el grupo de danzas del municipio de Tadó (Chocó) irrumpieron con la alegría e inocencia de su edad en un almacén de grandes superficies de la ciudad de Pereira, con la ilusión de ver y comprar regalos de Navidad para sus seres queridos. Uno de los vigilantes hizo comentarios en voz alta del siguiente tenor: “¿Por qué dejaron entrar a los micos? Hay que estar vigilándolos para que no se vayan a robar nada”. La respuesta de sus compañeros, según Eliecer Perea, quien instauró la queja, fue de risas de aprobación, además de otras opiniones.


Esta se constituye en una clara violación a la Ley 1482 del año 2011, que en su artículo primero dice: “Esta ley tiene por objeto sancionar penalmente actos de discriminación por razones de raza, etnia, religión, nacionalidad, ideología política o filosófica, sexo u orientación sexual, discapacidad y demás razones de discriminación”.

Citando a esta ley, Iván Vergara, vicepresidente nacional del movimiento Cimarrón –colectivo que lucha por la defensa de los derechos de la población afrocolombiana–, puso una demanda en contra de dicho acto. Es loable la labor que desempeña Cimarrón en este aspecto; lo más seguro será que las directivas del almacén se excusen públicamente ante esta comunidad. Pero todo se olvidará. Por eso, quiero resaltar un aspecto más de fondo.

Colombia es un país en su mayoría xenófobo; esa expresión de un humilde trabajador hacia otro ser humano –igual a él, con la única diferencia del color de su piel– es algo que está muy arraigado en la memoria colectiva. De hecho, hay aspirantes a la Presidencia de la República que a través de sus pronunciamientos claramente apoyan este tipo de conductas.

Al respecto, las medidas judiciales son fundamentales, pero se necesita ir más allá de lo represivo: la educación debe ser el eje fundamental para un cambio de actitud. Debemos entender que somos hermanos, aunque seamos distintos en lo físico o en la forma de pensar y actuar. El respeto por el otro es un indicador del progreso de un país; y a los colombianos es mucho lo que nos falta por transitar en dicho camino.  www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16

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