sábado, 23 de marzo de 2019

DIMENSIONES

EL SENTIDO DE LA VIDA

Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *


“Este dolor permanente y el desasosiego que lo acompaña solo lo puedo sentir yo. ¿Cómo me puede entender usted? Creo que estoy llegando al límite; sinceramente, no sé qué hacer conmigo”. Estas palabras cargadas de un profundo sufrimiento las pronunció Matilde en su primera cita. Ella es una mujer de 32 años, profesional en áreas contables, maneja con el esposo su propia empresa y es madre de Matías, un precioso niño de 5 años.


Refiere que ya está cansada de vivir, porque desde hace 14 meses que llegó a lo que ella llama “la entrada al infierno”, no ha tenido un solo día de tranquilidad y de disfrute; por el contrario, cada día se hunde más y experimenta mayor incertidumbre y dudas sobre la posibilidad de mejorar, pues ha ido con médicos, psicólogos y psiquiatras, ha seguido al pie de la letra las indicaciones, pero en lugar de mejorar, empeora.

Cuando el terapeuta le preguntó sobre posibles factores que pudieran estar contribuyendo a que se sintiera de tal manera, manifestó que su vida se desenvolvía relativamente bien con su pareja, con el hijo y con el negocio; no obstante, a toda esta situación de aparente normalidad no le encontraba ningún disfrute, y por eso en más de una ocasión había considerado la idea de acabar con su vida, como una manera de ponerle fin a lo que experimenta. “¿Qué me detiene?”, se indagó ella misma y se respondió: “Mi hijo”.

Reconoce, sin embargo, que ya cada vez está más derrotada. Cuando le pregunta a los profesionales sobre el sentido de la vida, siente  que le salen con evasivas y con consejos que en nada han contribuido a mejorar la situación que está viviendo. Esto la ha llevado a que tenga elaboradas unas estrategias para poner fin a sus días.

La inquietud de Matilde sobre el sentido de la existencia humana ha sido una constante en el pensamiento de la humanidad a lo largo de la historia; y muchos son los textos y reflexiones que se han escrito al respecto.

Al final de la sesión, el terapeuta le expresó que la respuesta al sentido que tiene la existencia para cada individuo solo lo puede tener uno mismo, así que por muchos eruditos o especialistas que consulte, al final va a llegar a la conclusión de que es ella quien debe encontrar la motivación por la cual seguir viviendo.

Este es un proceso de indagación personal, que por supuesto, como es su caso, debe ser acompañado y guiado por un experto, cuyo rol será ayudarle a que sea ella quien halle el sentido de su propia vida. Todas las criaturas que pueblan el cosmos están aquí por algún motivo. ¿Cuál es el tuyo?

 www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16

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