DIOS ESTÁ ENTRE NOSOTROS
Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *
De niño era un gran soñador. Deyanira, mi madre, fue la persona que desde mi más tierna infancia avivó esas grandes ilusiones que han resistido los embates de las dificultades enfrentadas a lo largo de los años. Las mayores dificultades, como sucede en todas las personas, siempre las he encontrado en mi propio interior.
De las grandes preocupaciones vitales, una de las que siempre ha sido constante es la indagación de la presencia de Dios y su consiguiente búsqueda. ¿Existe Dios? ¿Cómo se manifiesta? ¿Dónde se encuentra? Reflexionar sobre estas preguntas es remontarse en la memoria de la evolución de la especie. Es bien sabido que el ser humano siempre se ha planteado dichos interrogantes y que se han escrito miles de artículos y libros sobre este aspecto trascendental, con el objetivo de acercarnos a la comprensión de nuestra naturaleza esencial.
Las grandes tradiciones religiosas, las escuelas filosóficas y pensadores excepcionales como Platón, Sócrates, Descartes y Nietzsche –solo por mencionar algunos de ellos– han puesto en el centro de sus indagaciones tales cuestionamientos fundamentales. Así es que me veo enfrentado en este intento a todo un acervo de sólidas consideraciones sobre las diferentes concepciones que se han enunciado sobre el mayor misterio de los misterios: la presencia o ausencia de Dios entre nosotros.
Después de muchas lecturas, interrogantes y prácticas sobre esta cuestión he llegado a una serie de conclusiones que deseo compartir. Primer aspecto, ¿existe Dios? La respuesta es sí. Pero esta se encuentra ligada a lo que significa Dios, que no es más que una presencia que puede ser percibida y experimentada por el propio individuo y no por las interpretaciones que realicen instituciones, filósofos o líderes religiosos.
Segundo, ¿cómo se manifiesta? A través de estados emocionales como la alegría, el gozo, el arrobamiento o el éxtasis. Estos sentimientos que fueron descritos por místicos del cristianismo como San Pablo, San Agustín, Santa Teresa y por muchos otros de distintas tradiciones religiosas también han sido teorizados por reconocidos investigadores en el área de la psicología como Carl Jung, Abraham Maslow y Stanislav Grof. ¿Dónde se encuentra Dios? Al interior de cada individuo. ¿Y cómo se puede percibir? A través de ciertos estados de la mente que han sido denominados como estados supraconscientes o de conciencia alterna, que se pueden obtener a través de técnicas reconocidas como la oración, la meditación o los estados de trance.
No hay comentarios:
Publicar un comentario