sábado, 1 de junio de 2019

DIMENSIONES

LA ILUSIÓN DE LA PAZ

Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *


La brisa proveniente de la mar infinita acariciaba mi rostro mientras caminaba rumbo a la playa en el hermoso corregimiento del Valle, en Bahía Solano, Chocó. De pronto, algo me llamó la atención: tres niños de entre 4 a 5 años estaban jugando. ¿Qué tenía de especial esta escena aparentemente común a esta edad? Que uno de los niños tenía características distintivas de la raza blanca, otro de la raza negra, y el tercero, claros rasgos indígenas.


¡Ellos compartían sus juguetes en un ambiente de camaradería y fraternidad! Para estos niños no existía ningún tipo de diferencia; por el contrario, se reconocían como iguales y con el mismo  derecho a ser felices. Su inocencia aún no ha sido contaminada por los mandatos de los mayores que les inculcan prevenciones y diferencias entre los seres humanos.

Estos niños nos enseñan una verdadera lección sobre lo que es la paz y cómo se debe construir en Colombia: aceptándonos, perdonándonos, siendo solidarios con nuestros congéneres más necesitados. Muchos colombianos en años pasados se ilusionaron con la posibilidad de vivir en armonía, en un ambiente de diálogo, luchando mancomunadamente por cerrar las grandes brechas y desigualdades sociales; pero esa esperanza se ha ido diluyendo por la crueldad y la contundencia de los sucesos que día a día estamos viviendo y cuya frecuencia nos ha hecho perder la sensibilidad.

Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), entre enero de 2016 y mayo de 2019 han sido asesinados 702 líderes sociales y 135 excombatientes de las Farc, ¡para un total de 837 personas!

Hace 4 años, mientras se adelantaban los diálogos de paz de La Habana, escribí un artículo titulado “En Colombia no habrá paz, por ahora”. Algunos tildaron de pesimista esta conceptualización; sin embargo, hoy en día, con la polarización que está viviendo el país, pienso que el enfoque no solo era realista, sino que me había adelantado un poco a describir la realidad actual. La paz se construye desde el corazón del individuo.

Solo aceptando la diferencia, priorizando el diálogo y no la violencia, es como lograremos alcanzar ese sueño, anhelo de tantos. Hay muchos colombianos que a través de sus actitudes nos están conduciendo al camino de la guerra fratricida: están cercenando el derecho a soñar con un país en paz, en democracia y en armonía. El reto es no dejar morir la ilusión de ver a una Colombia en paz.

www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16

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