DIMENSIONES

HAY PREGUNTAS QUE SALVAN VIDAS

Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *

Las cifras que presenta la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el suicidio en el mundo son alarmantes: cerca de 800.000 personas se suicidan cada año; hay una muerte cada 40 segundos; el suicidio es la segunda causa principal de defunción en el grupo de 15 a 29 años; las tasas han aumentado un 60% en los últimos 50 años; el 75% de los casos se produce en países de ingresos bajos y medianos.


En Colombia, entre 2005 y 2014 hubo 18.336 casos; es decir, 1833 por año, una tasa de 4.9 por 100.000 habitantes. Putumayo ocupa el primer lugar, con una tasa de 9.7; y Risaralda se ubica en el 5, con una tasa de 7.3. ¿Qué hacer ante este verdadero problema de salud pública, considerado como tal de acuerdo con las cifras presentadas? En un 95% de los casos, el suicidio es prevenible mediante intervenciones comunitarias adecuadas.

En el Plan de Acción de Salud Mental 2013-2020, la OMS se ha propuesto reducir en un 10% los índices de suicidio en la población mundial. Una de las estrategias es destinar un día al año (en este caso, el 10 de septiembre de 2019) para que todos los países miembros desarrollen una serie de actividades encaminadas a disminuir el impacto que este fenómeno tiene no solo en el individuo con intención suicida, sino en su familia y en la sociedad en general. El primer aspecto que destaco es que las estrategias preventivas son multisectoriales e integrales, y lo segundo son los siete principios esenciales que propone, y que resumo a continuación.

Restricción del acceso a los medios de suicidio; información responsable de los medios de comunicación; intervención en los ámbitos escolares; introducción de políticas orientadas a reducir el consumo nocivo de alcohol; identificación temprana y atención a personas con problemas de salud mental y abuso de sustancias; capacitación del personal sanitario no especializado, en el reconocimiento y remisión adecuada del suicida; y seguimiento y apoyo comunitario a las personas que lo han intentado.

El eje fundamental de estas intervenciones es hacer un llamado a toda la población para que, cuando experimente síntomas depresivos, pueda entender que esta es una experiencia humana de la que nadie está exento y sobre la que se debe hablar y pedir explicaciones sin tapujos, sin restricciones. Recuerde: hay preguntas que salvan vidas. No se abstenga: ¡pregunte y en caso necesario, consulte!

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