sábado, 12 de julio de 2014

Foto: Policía Nacional
El único que puede salvar a Rocko es el Alcalde 

La Inspección de Policía de La Badea de Dosquebradas ordenó en fallo de primera instancia el sacrificio del perro Bull Terrier por morder a un menor. Le toca ahora al mandatario local decir, en segunda instancia, si confirma o no la medida. 



El perro de nombre Rocko mordió a un menor de edad del conjunto residencial Los Cerezos y desde entonces se ha armado toda una polémica entre la comunidad sobre sí debe no ser sacrificada la mascota. La Inspección aduce que el animal es reincidente y que en tales casos la Ley deja una salida, el sacrificio, y que en virtud de ello se toma la decisión en primera instancia.

Ahora, el caso nada fácil, queda en las manos del Alcalde, para segunda  instancia. Si no aprueba la muerte del animal se puede meter en líos jurídicos por desacato a la Ley, si lo hace “se le puede venir el mundo encima” ante la mayoría de personas que se oponen al sacrificio, tal como se advierte en las redes sociales. 

Unos consideran que sí debe ser sacrificado porque es un peligro para la sociedad, sobre todo en un conjunto residencial en donde pululan niños y adultos. Otros, por el contrario, aducen que la responsabilidad no es de la mascota sino de sus dueños que deben ser amonestados por no cuidarlo y no tomar las medidas necesarias de seguridad. Que el animal debe quedar en manos de una entidad protectora de animales pero que en ningún caso el sacrificio.

Desde ya se anuncia una apelación que tratará de demostrar, con argumentos legales, que no puede ser la muerte de Rocko la única medida y que existen otras alternativas que debe considerar el Alcalde para la toma de decisión en segunda y última instancia. 

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