lunes, 25 de marzo de 2024

Folios - ¿Dónde está la bolita?

Carlos Humberto Isaza

Por Carlos Humberto Isaza

Despejando la ecuación formulada por Álvaro Ramírez en su columna de ayer (20 de marzo de 2023): Gallo fue a Maya lo que Soto a Vásquez. La picaresca callejera lo estilizó en este magnífico sintagma: ‘Gallo es el Soto de Maya’. Y eso fue lo

que se quiso cambiar con la elección de Mauricio Salazar en octubre pasado.

Una vez Gallo en el poder, se propuso repetir la fórmula de Soto, porque, aunque lo derrotó, le pareció exitosa. Solo había que cambiar de método. Con ella no solamente tendría un fulgurante poder, sino que, además, al parecer, consolidaría unos propósitos de beneficio personal para el ‘equipo’ de sus entrañas; lo cual trascendió como una serie de hechos ignominiosos los cuáles  se convirtieron en el lastre que, a la postre, dio al traste con ese liderazgo. ¡Le falló el método!

Al final del gobierno de Vásquez, los pereiranos, en una conexión tácita, gritaban ‘no más Soto; así como al final del de Maya, la misma ciudadanía coreaba ‘no más Gallo’. 

La del equipo de Gallo fue una historia repetida, más pérfida en su caso, porque partió de un funesto episodio que ya había  sido destituido por los electores en 2015. Pero, al final, y desvelada la coartada, ambos terminaron recibiendo el castigo que propina la democracia: la derrota en las urnas, para ambos bandos o bandas: el de ‘la casa de la democracia’ y el del ‘equipo del cambio’.

Es que, repasando a uno por uno, rápidamente se llega a una fácil conclusión: algo raro tuvo el ejercicio del poder durante los 8 años del liderazgo de Gallo, para que, por tan solo el paso por la administración municipal de Pereira, tantos de sus más cercanos coequiperos terminaran forrados en dinero. ¿Quieren la lista? ¡De pronto salen en ella!

Esperemos que este tipo de situaciones no se repita, pues como dice el viejo aforismo de Anaxágoras: ‘Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si dos, la culpa es mía’. En nuestro caso sería la tercera o la cuarta. 

Dicen los que saben -que al parecer no son pocos-, que los torticeros beneficios que se deslizan por debajo de las mesas en las que se ‘cuadran’ los contratos y las coimas, suelen ir destinados en mayor  proporción a los jefes y en menor a los funcionarios. Ya se imaginarán lo que ocurre cuando se tiene la doble condición y cuando, además, la Prima Donna actúa como concusionista oficial. 

Si se parte de la hipótesis de que en las adjudicaciones para la construcción del adefesio denominado Avenida de los Colibríes, hubo dineros en bolsas deslizados por debajo de las mesas, las conclusiones son fáciles pero también obvias. ¿A quiénes beneficiaron esos eventuales movidas de dineros que han hecho que el alcalde Salazar haya acuñado dos sentencias macabras: una, que ‘es un monumento a la corrupción’ y dos, que ‘es una vergüenza’? Podríamos, además, preguntarnos ¿quiénes se beneficiaron de tanto desgreño sin que la administración adoptara la única medida a la que la ley lo obligaba: la declaratoria de una caducidad, al prever que la obra no llegaría a su fin?  Nadie dará la respuesta. Y, ese silencio es un flagelante cómplice. 

chisaza@yahoo.com 

1 comentario:

  1. El columnista otrora miembro del cambio debería dar la lista de los forrados! Hacer un gran fvr a pereira y permitir desenmascarar a toda esa banda delincuencial

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