Foto: Gobernación de Risaralda
Este se constituye en el tercer año consecutivo de trabajo articulado con las autoridades penitenciarias alrededor de la salud mental de los internos.
Setenta personas privadas de la libertad en la cárcel de varones de Pereira La 40 recibieron su certificación como nuevos gestores en salud mental de Risaralda, después de participar en un proceso de formación al interior del penal.
“Este es el resultado de la articulación entre la Gobernación de Risaralda, el Inpec y las autoridades penitenciarias para atender la salud mental dentro de la cárcel, donde los internos atraviesan procesos que les generan crisis emocionales”, explicó María Alcira Robayo Giraldo, coordinadora del programa de Salud Mental y Convivencia de Risaralda, tras señalar que este es el tercer año consecutivo en el que genera un proceso de formación para contar con nuevos gestores en salud mental.
Como directriz del gobernador Juan Diego Patiño Ochoa para atender la salud mental de manera integral, llegando a sectores vulnerables de la comunidad, se adelantan acciones como parte de la estrategia “Salud Mental al Rescate”, a través de la que se ejecuta la Política Pública de Salud Mental de Risaralda, entre las que se incluye la formación de personas en atención de primeros auxilios psicológicos y activación de ruta, necesarios en casos de crisis emocionales.
Fueron setenta internos los que recibieron esta formación, a quienes además se les llamó a seguir en el proceso de ayuda emocional tanto dentro de la cárcel como con su entorno después de que cumplan su pena.
“Es un orgullo poder entregar resultados en este proceso de articulación porque estamos aportando a la salud mental de los internos y sus familias como fuente de vida”, agregó Litza Fernanda Roldán Ramírez, directora operativa de Salud Pública en Risaralda.
Uno de los participantes en la formación y que recibió su certificado como nuevo gestor en salud mental es Michael Arango, quien expresó su emoción porque no es sólo un logro que alcanza sino porque tiene la certeza de que lo aprendido lo aplicará y replicará.
“Siento un orgullo grande porque cambiamos de pensamiento y nos permitirá, no sólo afrontar la realidad, sino a las personas que piensan distinto a nosotros”, agregó.
El dragoneante Fabio Espinoza, psicólogo encargado del área psicosocial de la cárcel La 40 de Pereira, señaló que el proceso de articulación que ha permitido la preparación de los internos aporta, especialmente, en el manejo de emociones y fortalecimiento de las redes de apoyo, con el fin de mejorar la salud mental de las personas privadas de la libertad en su resocialización.
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