viernes, 21 de marzo de 2025

Dimensiones - Trascender el ego

 Por Uriel Escobar Barrios, M.D.

Siempre, el ser humano ha buscado respuestas sobre su propósito y el significado de su existencia. Pero una de las barreras más desafiantes en este camino ha sido el ego, esa construcción mental que nos hace depender de la validación externa, del reconocimiento y de la imagen que proyectamos en los demás. 

Trascenderlo no implica anularlo, sino liberarnos de su dominio, para así enfocar nuestra energía en el desarrollo del ser interior. Desde la infancia, aprendemos a definirnos a partir de la mirada ajena: se nos enseña que el éxito y la felicidad dependen de la aceptación social, lo que nos lleva a moldearnos según expectativas externas. Sin embargo, esta dependencia nos aleja de nuestro verdadero ser y nos mantiene atrapados en la ansiedad de la validación. 

Carl Gustav Jung (1875 – 1961), pionero en la psicología profunda, describió este fenómeno a través del concepto de la "sombra", esa parte oculta de la psique que reprimimos para encajar en la sociedad. Jung sostenía que solo al integrar y aceptar nuestra sombra podemos alcanzar una identidad auténtica y libre. 


Para romper con la identificación egoica, es necesario cultivar estados superiores de conciencia. La meditación, la oración y la introspección profunda permiten desligarnos de los pensamientos automáticos y conectar con una realidad más vasta que la limitada percepción del ego. Ken Wilber (1949), uno de los principales exponentes de la psicología transpersonal, ha propuesto una visión integral del desarrollo humano, en la que plantea que la evolución de la conciencia implica trascender el ego para acceder a niveles más elevados de integración y compasión. 

Otro investigador clave en este campo es Stanislav Grof (1931), quien ha explorado la expansión de la conciencia a través de la respiración holotrópica y de experiencias transpersonales. Grof sostiene que, cuando la conciencia se expande más allá del ego, se produce una transformación profunda en la percepción de la realidad y en la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos y con el mundo. Ir más allá de él no significa rechazar la identidad personal, sino reconocer que nuestra esencia no se reduce a la imagen que proyectamos. En otras palabras: requiere un proceso de autoconocimiento y desapego de las expectativas externas. 

Practicar con regularidad algunas estrategias permite superar ese ego que se ha construido a lo largo de la vida; las más recomendables son: la meditación y la atención plena, la oración y la conexión espiritual, el autoconocimiento profundo y, finalmente, el servicio desinteresado a los demás. Es un viaje de liberación; nos permite dejar atrás la necesidad de aprobación y, más bien, encontrar satisfacción en el desarrollo interior. 

Como lo han señalado Jung, Wilber y Grof, la verdadera evolución humana implica expandir la conciencia y reconocer que somos mucho más que nuestras máscaras sociales. Solo al liberarnos de la prisión del ego, podemos acceder a una existencia más plena, auténtica y significativa.  www.urielescobar.com.co

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