Quienes crecieron en Dosquebradas recuerdan el Viacrucis como un lugar sagrado, no solo por su significado espiritual, sino por los recuerdos que dejó en su corazón: el aroma del campo, las manos pequeñas aferradas a sus padres, y el murmullo de oraciones que los acompañaban montaña arriba.
Hoy, esos niños regresan como adultos, buscando reencontrarse con su historia, su fe y sus raíces.
"Vuelve a vivirlo. El Viacrucis te espera", es la invitación que hace Roberto Jiménez Naranjo, alcalde de Dosquebradas.
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