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Aníbal Hoyos, representante a la Cámara |
El campo colombiano recibió una noticia alentadora, luego de que la Comisión Sexta del Senado aprobara por unanimidad el proyecto de ley de las Escuelas Nacionales del Café, una iniciativa liderada por el representante a la Cámara por Risaralda, Aníbal Hoyos, con ponencia del senador caldense Guido Echeverry.
Este proyecto, que ahora pasará a su último debate en
el pleno del Congreso, propone la creación de centros educativos especializados en formación cafetera, con el objetivo de incentivar el relevo generacional, impulsar el emprendimiento rural y fortalecer el tejido productivo de las regiones cafeteras del país.“Es un proyecto hermoso, con visión de futuro, que beneficiará a nuestros jóvenes, al campo y a las nuevas empresas cafeteras. Estamos felices y comprometidos con esta transformación”, expresó el representante Aníbal Hoyos, oriundo del municipio de Belén de Umbría, uno de los más cafeteros del occidente colombiano.
En un emotivo mensaje acompañado por el alcalde del municipio de Quinchía, también cafetero, Hoyos celebró la noticia desde una finca local, tomando café y agradeciendo el respaldo unánime de los senadores de la comisión.
El senador Guido Echeverry destacó la sencillez y profundidad de la propuesta. “La idea es establecer Escuelas del Café que no solo fortalezcan la industria cafetera, sino que además creen estímulos para que nuestros jóvenes permanezcan en el campo, se formen y emprendan, asegurando así el futuro de esta actividad emblemática del país”.
Las Escuelas Nacionales del Café serán espacios formativos dedicados a la transferencia de conocimiento técnico, empresarial y sostenible sobre el cultivo, procesamiento y comercialización del café, conectando la tradición con la innovación.
Este proyecto representa una respuesta concreta a una de las principales preocupaciones del sector: la migración de los jóvenes del campo a las ciudades, que ha puesto en riesgo la continuidad de la caficultura en muchas regiones.
Con el respaldo político ya consolidado en el Senado, el proyecto se perfila como una de las grandes apuestas legislativas del 2025 en beneficio del agro colombiano.
Su aprobación definitiva abriría un nuevo capítulo para miles de jóvenes rurales que hoy sueñan con un futuro próspero sin tener que abandonar su tierra ni su herencia cafetera.
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