sábado, 29 de abril de 2017

DIMENSIONES

LA PALABRA SANA

Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *


Hace 65 millones de años, en un lugar de la zona tropical de un continente probablemente desaparecido en las profundidades del océano Indico, según Charles Darwin, vivía una raza de monos antropomorfos extremadamente desarrollada: su cuerpo era  totalmente cubierto de pelo, tenían barba y orejas puntiagudas, habitaban en los árboles y estaban organizados en manadas. Federico Engels, en El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, publicado en 1876, plantea la cumbre de dicho momento cuando esos animales precursores del hombre actual comenzaron a utilizar las manos para otras tareas distintas a caminar.


El éxito que ha tenido la especie humana en su afán por someter muchas de las leyes de la naturaleza se debe en gran medida a lo que los investigadores citados han expresado como la convivencia en comunidades. A esa herencia ancestral no podemos renunciar porque se encuentra inscrita en lo más profundo de la expresión genética de cada una de las personas que conforman el mundo actual. Algunos investigadores del comportamiento humano han llegado a la conclusión de que cuando un individuo se aísla y no interactúa con sus semejantes, se estanca, se neurotiza; y que, en cambio, pertenecer a grupos con un interés en común lo protege del desarraigo y el vacío existencial.

El encuentro entre dos personas puede cumplir una función sanadora: al hablar con alguien, en este caso un semejante, se está reviviendo esa misma historia de millones de años atrás. En el contacto con el otro me conecto, me identifico con lo que es mi esencia como humano. Este fenómeno  lo describieron por primera vez en 1882, Josef Breuer y Sigmund Freud, y lo denominaron catarsis, que significa purificación o liberación de las emociones negativas a través de la palabra.

Ten presente que no estás solo y que no has llegado a este momento por cuestiones del azar; eres el resultado de la unidad y fraternidad de tus ancestros. Habla, exprésate, comunícate con tu semejante o con un experto, porque la palabra y el contacto humano sincero te sanan. www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16

*Uriel Escobar Barrios, médico psiquiatra. (Esta columna de opinión es responsabilidad directa de su autor)

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