viernes, 29 de junio de 2018

DIMENSIONES

NO TENEMOS MALICIA INDÍGENA

Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *


El 19 de junio del presente año, todos los colombianos tenían la ilusión de una nueva participación de la Selección en un mundial de fútbol. Para este evento orbital, un total de 356.700 aficionados de todo el mundo habían comprado boletas, de los cuales 47.042 procedían de Colombia, el segundo país después de Rusia en número de asistentes.


El día del debut de la Selección Colombia, un grupo de hinchas ingresó licor al estadio de manera fraudulenta –pues está prohibido por las autoridades locales–, utilizando para ello binoculares falsos, y no solamente hicieron eso sino que grabaron un video donde, entre burlas y risas, se escuchaban las expresiones siguientes: “Miren cómo se burla la seguridad rusa. ¡Lo que es el ingenio paisa!".

Dicho video se hizo viral en todo el país y generó reacciones encontradas: desde los que celebraron “la malicia indígena” de quienes hicieron este acto bochornoso que atenta contra las más elementales normas de convivencia ética en una sociedad; hasta quienes criticaron abiertamente este actuar y pidieron sanciones para los infractores de las leyes de un país extranjero.

Lo que sucedió después de este hecho es suficientemente conocido. Lo más importante es la reflexión que las actuaciones de los compatriotas nos deberían suscitar a los colombianos. El concepto de "hecha la ley, hecha la trampa" y quien logre burlarla es digno de ser reconocido por su astucia y picardía se ha convertido, desafortunadamente, en un lugar común en la psicología colectiva nacional.

Lo que hicieron estas personas se ha denominado coloquialmente "malicia indígena", para hacer referencia a las raíces ancestrales amerindias que supuestamente se reflejan hoy por hoy en los comportamientos de los nacidos en Colombia. ¡Pero nada más alejado de la realidad! La cultura de las comunidades que habitaron no solo en Colombia, sino en todo el continente americano, se caracterizaba por el respeto absoluto y el cuidado de la tierra y de sus recursos; la admiración hacia las personas mayores; la atención hacia los niños por parte de toda la comunidad; y las formas de organización social con una perspectiva donde primara lo colectivo sobre lo individual.

Por lo tanto, es una desconsideración con nuestros antepasados atribuirles comportamientos que reflejan la incapacidad para reconocer que el desarrollo solo es posible a través del respeto y el cumplimiento de las normas sociales que rigen en nuestro país. 

www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16  www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16

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