domingo, 10 de noviembre de 2019

DIMENSIONES

LO DEL CAUCA, ¡INACEPTABLE!
Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *


Éramos dioses y nos volvieron esclavos.
Éramos hijos del Sol y nos consolaron con medallas de lata.
Éramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras.
Éramos felices y nos civilizaron.
Quién refrescará la memoria de la tribu.
Quién revivirá nuestros dioses.
Que la salvaje esperanza sea siempre tuya,
querida alma inamansable. (Gonzalo Arango)


El 12 de octubre de 1492 fue un día aciago para cerca de 75 millones de personas que habitaban una inmensa extensión de tierra heredada de sus antepasados. A partir de esa fecha, América del Sur asistió impotente al más cruel de los genocidios registrados en su historia. Setenta y cinco navegantes comandados por Cristóbal Colón, llenos de ambición desmedida por las riquezas materiales, iniciaron un sistemático desplazamiento y exterminio de los nativos americanos, los verdaderos dueños de estas tierras.

Resultado de esta cruenta persecución, en nuestro territorio se siguen desplazando y asesinando a sus descendientes, que ya solamente constituyen el 4% de nuestra población total (1.900.000 personas) y se encuentran confinados en sitios inhóspitos en 102 asentamientos, ¡de los cuales 67 han sido considerados por La Organización Nacional Indígena de Colombia –ONIC– en peligro de extinción!

En el departamento del Cauca, en una hermosa extensión territorial perteneciente al municipio de Toribío conviven en armonía con los principios de la ley natural tres  resguardos indígenas –Tacueyó, Toribío y San Francisco–, y en ellos dolorosamente se repite la historia del exterminio. Entre agosto de 2018 y octubre de este año, han sido asesinadas 126 personas pertenecientes  a la etnia indígena.

¿Cuál es la razón que esgrimen los nuevos genocidas para perpetrar tales actos? Que los aborígenes están defendiendo su territorio ancestral para que no sea profanado con el cultivo y tráfico de sustancias. Pero esta lucha –como lo fue hace 527 años– es absolutamente desigual, porque las únicas armas que tienen ellos es el bastón de mando heredado de sus antepasados, y así se han enfrentado a la salvaje violencia respaldada por avanzadas armas de destrucción. Lo que le está sucediendo a los hermanos del Cauca es un desgarramiento de nuestra alma ancestral. Y todos los colombianos debemos defenderlos porque son nuestra historia como Nación. ¡Ni un asesinato más en el Cauca!

www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16

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