lunes, 19 de julio de 2021

PEREIRA Y RISARALDA EN CLAVE DE FUTURO

Por Victoria Eugenia Echeverri A
Directora Ejecutiva 
Fenalco Risaralda

Se requieren mentes visionarias y estratégicas, capaces de ver las oportunidades del mañana, viviendo en el 2021 con la mirada en el 2030. Tomando decisiones en el hoy con responsabilidad para el futuro, con estrategia, disciplina y trabajo institucional constante, proyectando los asuntos
socioeconómicos con una visión amplia y con esperanza, priorizando los recursos estratégicamente con eficiencia, investigación y promoción, cultivando las nuevas generaciones con educación y oportunidades, promoviendo la educación básica y media de calidad, con fácil acceso a la educación superior, acompañada de la ciencia y la tecnología como ejes del desarrollo. 

Igual, también se deben dar más oportunidades de formación personal y profesional a los maestros, como capital humano que forja el mañana, con posgrados en el exterior, con un compromiso suyo muy serio por nuestra cultura, nuestro arte y nuestro deporte, entre otros.

En desarrollo económico es imperativo la generación de empleo, promocionando las pequeñas y medianas empresas, apoyando los proyectos productivos de jóvenes talentos, atrayendo inversión extranjera, proyectando y terminando vías, avanzando en la recuperación del agro y la tecnificación de este, construyendo entre todos, avanzando en soluciones que brinden oportunidades generales por la Ciudad y el Departamento que anhelamos; fortaleciendo el respeto como valor fundamental, esencial en la crianza de niñas y niños que debe estar presente en la educación desde el grado cero hasta la universidad, se debe mantener de manera indispensable en las familias, en la comunidad y en la solución de diferencias, estimulando una cultura de diálogo preventivo, garantizando derechos y haciendo más fácil lograr acuerdos, donde los sueños de todos se hagan realidad con argumentos válidos de los empresarios, los pequeños comerciantes, los trabajadores y las madres, es ahí donde debemos mirar en esta etapa histórica de restablecer la normalidad. 

En cualquier caso, estamos obligados a mantener la guardia arriba, es peligroso desentenderse de lo que pasa y aprovechar el golpe de viento para salir de muchas dolencias, desaprovechar la ventana abierta aplazaría la recuperación y sería un error garrafal que se traduciría en pérdidas significativas.

Enfrentamos enormes desafíos para defender los valores y reconstruir el orden, con una visión más positiva y constructiva de lo que deseamos con coraje y confianza para aferrarnos a nuestros métodos y concepciones de la mejor sociedad, sin desdeñar posibles, potenciales y positivas alianzas que movilicen necesarios apoyos para derrotar la pandemia, rescatar la economía, sanar las divisiones, restaurar la esencia, la dignidad y la responsabilidad, buscando entre todos soluciones a los problemas, cooperar con los menos favorecidos y ayudarlos para su desarrollo en justicia. Siempre es arriesgado hacer cambios, pero por lo general, es mucho más arriesgado no cambiar o ralentizar los cambios para eliminar riesgos.

La lección de la pandemia es la innovación y recurrir a la tecnología para no estar totalmente indefensos. Durante este año y medio presenciamos algunos de los mayores avances en el espacio, tuvimos el primer lanzamiento privado y un robot aterrizó en Marte, donde logró generar oxígeno.

La pandemia nos ha obligado a mirar las cosas de otra manera, como incorporarnos todos a los grandes avances tecnológicos para una nueva visión, para adaptarla a los desafíos del siglo XXI, planteándonos las preguntas correctas y elaborando una estrategia acorde, sin desconocer que la pandemia cambió el concepto tradicional de la oficina por el desafío del teletrabajo. 

El desafío hoy, consiste en maximizar la contribución de cada uno, contando con empleados que cuando comienzan su jornada laboral también traigan imaginación, iniciativa y pasión, presentes no de cuerpo pero sí de espíritu, que en últimas es lo que más se requiere, el ánimo de emprender, de ser productivos y de crecer económicamente, siendo útiles para resolver los problemas de manera no lineal, con inteligencia social y creativa pensante, para hacer las organizaciones más eficientes, más resistentes y más humanas, para tener más oportunidades de competir a escala, despejando con dinamismo el camino.

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