sábado, 21 de mayo de 2022

El poder ciudadano

Victoria Eugenia Echeverri A
Directora Ejecutiva 
Fenalco Risaralda

Se acerca la elección del Presidente de la República, que represente la unidad nacional, dirija las relaciones internacionales y la fuerza pública.

Ejerzamos nuestro derecho al voto, para quien confiemos por su capacidad de administrar los dineros públicos, para decidir cómo y cuándo entregar a la comunidad, educación, salud, acueducto, vivienda, vías, transporte, cultura, recreación y seguridad. Que pueda decidir sobre el presente y el mañana del País durante el próximo cuatrienio.

Es una gran responsabilidad en la construcción del futuro de Colombia, deben triunfar la sencillez, el esfuerzo personal, la disciplina, los sueños de llegar lejos, la formación y el carácter con arrojo de dar la talla con orgullo por lo nuestro. Los votos tienen que ser conquistados con ideas, con programas claros y sustentados que convenzan y cautiven. Los Colombianos, debemos votar por la conveniencia del País, con emoción, apoyando de manera adecuada y colectiva este desafío que requiere una respuesta concertada.

Ante la magnitud del reto que tenemos hoy, los connacionales necesitamos impulsar liderazgos colectivos para el ejercicio democrático de grandes transformaciones para solucionar los problemas, con un líder honesto, sincero, transparente y con altos estándares éticos.

Nuestra responsabilidad como electores, es hacer control social y aprovechar los espacios de participación ciudadana. Hay que pensar bien a quién estoy eligiendo, pues le estamos entregando la responsabilidad de liderar la visión estratégica y la perspectiva amplia de la nación a una persona en la que confiamos y sentimos representados los valores y principios que para nosotros son los más importantes; un ser de atributos y competencias positivas, experiencia y trayectoria, movilizador de cambios, que conozca a fondo el territorio y entienda lo que la gente necesita, capaz de tomar decisiones difíciles con soluciones innovadoras, que piensa en grande, se rodea bien y conforma equipos calificados y productivos, un gran comunicador que inspira con sus palabras, con planes estratégicos a largo plazo, generador de unión a través de la participación de todos.

El mensaje, además, es que cuando los votantes depositemos el sufragio, nos comprometamos también apoyar ese candidato elegido y a su equipo de gobierno, porque dirigir nuestro terruño es una labor y tarea de todos. Ejerzamos entonces nuestra corresponsabilidad ciudadana en el sano y equilibrado ejercicio a la política de la buena, hagamos parte de lo que nos toca, demos respuestas efectivas y a tiempo, con resultados rápidos, acompañando un plan de acción concreto para atender esta urgencia con buena dinámica y para un mayor crecimiento. Es importante hablar de lo que implican planteamientos cuya trascendencia será mayúscula al ponerse en práctica, se trata de mirar las propuestas en la doble columna de los pro y los contra.

Vale destacar el requerido y necesario consenso de generar la búsqueda de una mayor diversificación productiva, concretando el gran potencial agrícola, estimulando el turismo y la transición energética como respuesta al cambio climático, haciendo uso de las ventajas comparativas en tierras y agua para aumentar las áreas cultivadas y cultivables, atrayendo más visitantes, turistas, compradores e inversionistas, aprovechando nuestros recursos de manera más limpia y sostenible.

En la presente oportunidad electoral, es clave la credibilidad en la política económica propuesta, para alcanzar el progreso con responsabilidad fiscal, el pago de las deudas, el respeto a las decisiones de carácter técnico y la autonomía de las instituciones como el Banco de la República, se necesitan reformas estructurales pero que sean las adecuadas y que el remedio no resulte peor que la enfermedad incluyendo el debido desarrollo legislativo. Lo que está en juego con las elecciones que vienen, es mucho más de lo que tantos creen.

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