miércoles, 1 de junio de 2022

“Rodolfo Hernández es una figura política al estilo de Donald Trump y Jair Messias Bolsonaro”

Por Germán Toro Zuluaga
Constituyente 1991

Conocidos los resultados electorales de la primera vuelta, termina mi compromiso con la Coalición de la Esperanza, que no contó con el respaldo ciudadano para ser la opción de un gobierno de transición, en una Colombia hastiada de corrupción, clientelismo y violencia económica y social. Sin atenuantes, el electorado votó por el cambio y contra el mal gobierno del último cuatrienio.

Conocidos los dos candidatos que disputarán la segunda vuelta, de manera inequívoca anuncio mi adhesión a la campaña de Gustavo Petro, candidato del Pacto Histórico. Entre las dos opciones de cambio, es muy evidente que la ruta propuesta por el Pacto Histórico tiene como guía para el ejercicio del gobierno la Constitución de 1991: La realización del estado social de derecho, el respeto por la separación de poderes, el combate a la corrupción multicrimen, la no reelección presidencial, la necesidad de una democracia participativa y de partidos, el compromiso con el medio ambiente y con la búsqueda de la paz. 

El mensaje de victoria de Gustavo Petro la noche del domingo es tranquilizador para quienes han caído en la trampa del miedo: su gobierno propugnará por el bienestar social, en un marco de estabilidad económica; y las necesarias reformas que necesita el país, tendrán como horizonte estos dos pilares. Con Petro sabemos para donde va el país, sin exceder los límites de nuestra institucionalidad.

Por el contrario, la propuesta de cambio del ingeniero Hernández postula la lucha anticorrupción y el clientelismo, desde valores de antaño como la cultura patriarcal, el autoritarismo, la admiración a la filosofía hitleriana y la patanería. Los límites de su actuación pública son directamente proporcionales al grado de irascibilidad en que amanezca. Se trata de una figura política al estilo de Donald Trump y Jair Messias Bolsonaro, caracterizados Patriotas millonarios antiglobalistas; y como ellos, destacado usuario y generador de opinión en las redes sociales. Se trata de un candidato sin representación parlamentaria, de los que, en momentos críticos del gobierno, pasan por encima de la institucionalidad. En síntesis, una propuesta de cambio con un trasfondo no progresista. Por eso mismo es que le resulta tan fácil al candidato del continuismo y al uribismo, correr a alinearse con esa opción.

En consecuencia, me sumo a los equipos de campaña del Pacto Histórico que, durante las próximas tres semanas, redoblarán esfuerzos para que por primera vez en Colombia un candidato alternativo llegue a la Casa de Nariño y ejerza su gobierno materializando la Constitución de 1991, después de 30 años de gobiernos que ni siquiera celebraban la fecha de su promulgación.

Pereira, 30 mayo de 2021

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