lunes, 12 de septiembre de 2022

Con la liberación de un espécimen nativo del país, la Cárder celebra el Día de la Biodiversidad

Septiembre 12 de 2022 (Foto: Cárder)

La zarigüeya es el único marsupial en el continente americano, en Colombia existen 28 tipos de raza en su especie y además son dispersores naturales de semillas.

Risaralda es sinónimo de biodiversidad. La riqueza ambiental y la pluralidad biológica hacen de este departamento un escenario ideal para diferentes especímenes de flora y fauna. Más de 450 especies de

vegetación y 170 de animales, que se distribuyen en las 365.000 hectáreas a lo largo y ancho del territorio risaraldense.

En el marco de la celebración del Día Nacional de la Biodiversidad, se hace un llamado a la reflexión sobre los comportamientos que los ciudadanos han tenido con el entorno y el momento de frenar la desaparición acelerada de las especies de flora y fauna en varias regiones del país.  

Es así como en el marco de la conmemoración del día de la biodiversidad, la Cárder realizó la liberación de una zarigüeya (Didelphis marsupialis), con el propósito de recordar a la ciudadanía la importancia de esta especie tan amenazada por las constantes agresiones de los ciudadanos, toda vez que a la Corporación son reportadas en promedio de 8 a 10 zarigüeyas, las cuales son rescatadas, recuperadas y posteriormente reinsertadas a un hábitat propio para garantizar su subsistencia.

Foto: Cárder

Los bosques urbanos suelen ser importantes refugios de estas especies animales, al ser un gran porcentaje de su dieta frutos y semillas, jugando un papel significativo en el proceso de reforestación, mediante la dispersión de las semillas de los frutos consumidos en su hábitat, destacando su alta capacidad de movimiento (puede recorrer cientos de metros e incluso kilómetros en una sola noche) entre parches de bosque, rastrojos, bosques primarios y secundarios, pueden aportar en el proceso de restauración ecológica pasiva de zonas intervenidas. Este comportamiento permite su permanencia en áreas fuertemente transformadas por actividades humanas, en las que prevalecen los fragmentos de bosque.

Otra de sus funciones ecológicas está asociada al control de muchas especies consideradas plagas, ya que su dieta suele incluir gran cantidad de presas animales y vegetales como insectos, roedores, entre otras, por lo cual su presencia es inofensiva para los humanos o animales domésticos.  

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