Claus Adara – desde el Caribe
Tengo un amigo que las sabe todas. Es Jorge Navia, que todos llamamos “Pan Viejo”. Le pregunté si sabía qué hace la Creg. Y su respuesta, “oye, ¿esa vaina existe?” Y para ilustrarlo le respondí que sí.
La Comisión de Regulación de Energía y Gas es un esperpento que tiene ocho comisionados, cada uno de los cuales con un séquito de asesores. Todos ellos están al servicio del capital privado y no en defensa de los intereses de los ciudadanos. Así ha quedado al desnudo con la intervención anunciada por el presidente Petro a esta entidad.
El hecho de que el Presidente haya manifestado que el gobierno intervendrán las funciones de la Creg y la tomará bajo su mando, como lo prevé la ley y lo ordena la Constitución, desató la ira de los operadores del sistema de energía, secundados por un grupo de periodistas y comentaristas alquilados al sector privado.
Lo que está ocurriendo a la vista de todos, es el redescubrimiento de la ineficiencia de estas comisiones reguladoras, para cumplir con su labor en la función pública y se han convertido en los peores atropelladores de los intereses de las familias.
Que la energía, aquí en el Caribe, haya aumentado el 45% en promedio en lo corrido del año, lo que está generando es un malestar social que puede explotar, si no se toman medidas urgentes. Y muy seguramente el gobierno nacional hará lo que le corresponda.
Y, además, se debe abrir rápidamente el debate sobre si es viable mantener todas esas comisiones de regulación, que no sirven para absolutamente nada, excepto para pagarles favores políticos a unos comisionados que tienen el mismo sueldo de los ministros y a unos asesores cuyos salarios son elevadísimos.
“Pan Viejo”, la Creg sí existe, sólo que es invisible para los ciudadanos.
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