Por Uriel Escobar Barrios, M.D.
La salud se puede considerar de manera general como la interacción armónica de cada uno de los componentes que conforman a un individuo.
Cuando sucede una alteración o disfunción en alguno de ellos, se presenta lo que llamamos enfermedad, que desde esta perspectiva puede ser considerada como un pedido de ayuda para reestablecer el equilibrio que se ha perdido.
¿Cuáles son dichos componentes? La ciencia médica y psicológica ha definido al humano como un individuo biopsicosocial; para comprenderlo se deben tener en cuenta la parte física, psicológica y social. Los conocimientos de los últimos años han aportado nuevos elementos para hacer un abordaje más integral u holístico: por ejemplo, su relación con la naturaleza y, mucho más allá, con el planeta y el universo; también, lo espiritual, entendido como las preocupaciones que a lo largo de la historia han acompañado a la civilización humana, la trascendencia, la vida, la muerte, Dios o el principio creador de todo lo que existe.
En una obra titulada Estrés y Desarrollo humano, en coautoría con el psiquiatra Rafael Alarcón, planteaba que el ser humano es un universo completo, compuesto por cinco puntos inseparables, los cuales funcionan tanto en la salud como en la enfermedad: lo físico, lo mental, lo emocional, lo ecosocial y lo espiritual.
El pasado 10 de octubre se conmemoró, a instancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Día Mundial de la Salud Mental, con el objetivo de crear conciencia en los países miembros sobre la importancia de implementar programas encaminados a que las personas y las comunidades reconozcan el impacto que tiene para sus vidas y para su desarrollo la promoción de actividades que permitan una buena salud mental.
Estos organismos multilaterales, tal como se menciona al inicio del artículo, hablan de espacios en los cuales permanecen las personas gran parte de su tiempo y afirman que tienen una importancia determinante en la salud o en la disfunción del sujeto; por este motivo la declaración con que encabezan todas las actividades para el 2024 es la siguiente: “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”.
La elección corresponde a que “los entornos de trabajo seguros y saludables pueden actuar como un factor protector para la salud mental. Las condiciones insalubres, como el estigma, la discriminación y la exposición a riesgos como el acoso y otras malas condiciones de trabajo, pueden plantear riesgos importantes que afecten la salud mental, la calidad de vida en general y, en consecuencia, la participación o la productividad en el trabajo”.
Aprovechar esta conmemoración para reflexionar acerca de la importancia que tiene para la persona, la familia y las comunidades dedicar tiempo de calidad para tener una buena salud mental es clave para desarrollar una vida digna y llena de propósito en un mundo con tantas incertidumbres y amenazas provocadas en gran medida por la manera irracional de comportarnos los seres humanos con nosotros mismos y con los demás. www.urielescobar.com.co
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