viernes, 7 de marzo de 2025

Dimensiones - El lenguaje oculto de la enfermedad

  Por Uriel Escobar Barrios, M.D.

En la práctica psiquiátrica es común observar cómo los síntomas físicos y emocionales pueden ser expresiones de conflictos internos no resueltos. Más allá del diagnóstico clínico, cada enfermedad tiene una

historia que contar, un mensaje cifrado que el cuerpo intenta comunicar cuando las palabras fallan. 

El ser humano no es solo un conjunto de órganos y sistemas biológicos; es una entidad compleja cuya mente, cuerpo y emociones interactúan de manera inseparable. De hecho, la medicina mente/cuerpo ha evidenciado que muchas dolencias no surgen exclusivamente por factores externos o genéticos, sino que también están influenciadas por el estado emocional y la salud mental. 

¿Es posible, entonces, que detrás de una enfermedad se esconda una disfunción del alma? Al respecto, desde tiempos antiguos, diversas corrientes filosóficas y médicas han señalado que la enfermedad es una manifestación del ser interior. Hipócrates (460 – 370 a.C.) afirmaba que el cuerpo expresa lo que la mente calla, y hoy, las neurociencias han retomado esta visión a través de estudios que vinculan el estrés, la ansiedad y la depresión con enfermedades como la hipertensión, los trastornos autoinmunes o el síndrome del intestino irritable.

Por ejemplo, la psiconeuroinmunoendocrinología ha demostrado que emociones reprimidas, como la ira o el miedo, pueden alterar la respuesta inmunológica del organismo, haciéndolo más vulnerable a diversas patologías. Así, una persona con dificultades para poner límites en su vida puede desarrollar problemas en la garganta o sufrir afonías recurrentes, como si su cuerpo le advirtiera que está perdiendo su voz, de forma literal y simbólica. 

De la misma manera, en quienes cargan con un profundo sentimiento de culpa pueden aparecer afecciones musculares o dolores de espalda, como si su propia psique los obligara a “llevar una carga”. A lo largo de la historia, diversos investigadores han contribuido significativamente al entendimiento de la relación entre la mente y el cuerpo en el contexto de la enfermedad. 

Uno de ellos es Sigmund Freud (1856-1939), considerado el padre del psicoanálisis. Freud exploró cómo los conflictos inconscientes pueden manifestarse en síntomas físicos, lo que sirvió para sentar las bases que permitieran comprender la influencia de la mente en el cuerpo, especialmente en el desarrollo de trastornos psicofisiológicos.

Otro investigador clave fue Hans Selye (1907-1982), quien introdujo el concepto de "estrés" en la medicina. Su teoría del "síndrome general de adaptación" explica cómo el cuerpo responde al estrés prolongado con cambios fisiológicos que pueden derivar en enfermedades. 

Finalmente, George Solomon (1934-2001) fue pionero en la psiconeuroinmunología, al investigar cómo las emociones y el estrés afectan el sistema inmunológico. Si cambiamos nuestra perspectiva sobre la enfermedad, pasaríamos de verla como una enemiga a entenderla como una aliada que nos obliga a detenernos, escucharnos y sanar el cuerpo, pero también la mente y el espíritu. La verdadera salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino el equilibrio entre todas las dimensiones del ser.  www.urielescobar.com.co

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