DIMENSIONES

¿POR QUÉ SE SUICIDAN LOS JÓVENES?

Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *

Hace pocos días recibí una llamada de una periodista de un medio radial, solicitando mi concepto sobre un fenómeno que se está presentando en Pereira y que ha provocado una verdadera conmoción. Ella hacía referencia al último informe de Medicina Legal, donde se consigna que durante el año 2018, en la ciudad se  suicidaron 4 menores de edad, y que en el primer semestre de 2019 iban reportados 7, lo que significa un incremento del 75% con respecto al año anterior.


Las cifras o indicadores son una foto fría de un terrible problema que involucra, en primera instancia, a la familia, a la institución educativa y a toda la comunidad. ¡Cuánto sufrimiento no hay detrás de cada niño que decide acabar con su vida en una etapa del ciclo vital que se supone  debería caracterizarse por la inocencia y la alegría de jugar con sus compañeros!

Desde hace 30 años he venido analizando e investigando el fenómeno del suicidio en la región y compartiendo resultados con colegas de otros sitios del país y del mundo. En lo que hay consenso es que Risaralda ocupa el quinto lugar en la tasa global de suicidio en Colombia: la tasa en el país es de 5.2 por 100.000 habitantes, y en nuestro departamento es de 7.3%.

Esta es la radiografía exacta de lo que sucede en el medio; pero volvamos a la pregunta: ¿por qué se están suicidando cada vez más jóvenes en la ciudad? Hay que comenzar diciendo que este fenómeno tiene muchas determinantes personales, familiares, sociales, culturales y socioeconómicas. Sin embargo, hay algunos elementos muy particulares y que ejercen una influencia general sobre todos los habitantes de este territorio.

Lo primero que se debe analizar son las formas de relación que se establecen entre el menor y sus figuras de identificación, que en este caso están representadas por padres o por quienes cumplen ese rol.

Para Jean Piaget, y quienes han continuado el estudio de la psicología evolutiva, es claro que el comportamiento del niño es el resultado de las interacciones que este ha establecido con sus figuras de identificación. A través de la conducta social del niño se puede saber la forma no solo en que ha sido educado, sino cómo es tratado por los adultos con quienes convive.

La mayoría de infantes con ideación suicida que he entrevistado comparten una característica: han sido sometidos a diferentes formas de maltrato en el seno de su familia; se trata de personas que desde edades tempranas se han visto enfrentadas a sobrevivir en condiciones adversas como la violencia, la imposición vertical de normas, la invisibilización y negación sistemática de los derechos que como ser humano todo niño tiene.

www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16