sábado, 27 de julio de 2019

DIMENSIONES

SOY FRATERNALMENTE TIBIO
Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *


El lunes 23 de julio del presente año, el Ministerio de salud, con el apoyo de Usaid, Together for Girls, la Organización Internacional para las Migraciones y los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), presentaron a los medios de comunicación los resultados sobre la primera encuesta que mide la violencia ejercida contra los menores de edad.


 ¡Encontraron que cuatro de cada diez colombianos han sido víctimas de diferentes formas de maltrato! Por la importancia que tienen estos resultados, la próxima columna voy a dedicarla a su análisis; sin embargo, hoy quiero hablar de este hallazgo global para tratar de entender la situación psicológica de miles de compatriotas que desde la más tierna infancia han sido violentados por una sociedad que no da tregua y, antes por el contrario, que profundiza sus formas de relación en el ejercicio arbitrario de la fuerza para imponer las verdades de quienes se consideran depositarios de ellas.

No es entonces difícil entender cómo la gran mayoría de los que ejercen liderazgos políticos o sociales “destilan” odio en sus discursos y satanizan a sus contradictores porque son seguidores de Uribe, o de Petro, o de las Farc, o de Claudia López, y cómo miles de sus seguidores no ahorran esfuerzos en redes sociales para –siguiendo los preceptos de sus líderes– desacreditar, insultar, ultrajar a quienes no piensan igual que ellos.

Además, a quienes abogan por la convivencia, el respeto, los que no están alineados en esa lucha fratricida, los tildan de tibios o de incapaces de tomar partido por uno u otro bando; como diría un político: “No son ni chicha, ni limoná”. Esta que describo es una foto que refleja la situación de polarización que vive Colombia y que se materializa en el inmisericorde asesinato de tantos líderes sociales que se han atrevido a desafiar la estructura represiva estatal que ejercen los que se creen dueños del país.

Por esta razón, a partir de este momento decido declararme tibio. No comulgo con quienes insultan a sus contradictores, ni con los ególatras o con quienes se creen dueños de la verdad, porque puedo afirmar que ellos están replicando unas formas de relación aprendidas de sus padres, mentores o figuras de identificación.

Creo y lucho por que esta sea una Colombia democrática, respetuosa de los derechos de todos sus ciudadanos, preocupada por mejorar las condiciones de vida de los más pobres y vulnerables; una Colombia fraterna, donde todos quepamos con nuestras diferencias y donde podamos realizar sin ningún impedimento nuestros sueños y ayudemos, como un gran colectivo, a que los demás también puedan cumplir los suyos. Que así sea.

www.urielescobar.net / Twitter: @urielbarrios16

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