domingo, 14 de marzo de 2021

DIMENSIONES

EL YOGA NO ES DEMONÍACO

Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *

La base del dogmatismo, el totalitarismo, las posturas extremas, la xenofobia, la estigmatización y la no aceptación de la diferencia es la ignorancia. Esta aseveración no es mía, ¡ni más faltaba!, sino que se pierde en la memoria del tiempo, en las reflexiones que se han dado a lo largo de la historia del ser humano. Buda, quien vivió hace cerca de 2.600 años, enseñaba que las causas del sufrimiento se encuentran profundamente arraigadas en la ignorancia. 

En varias oportunidades, en la institución donde trabajo profesionalmente con personas adictas a sustancias o comportamientos, me ha sucedido que cuando llego a enseñarles la práctica del yoga -considerada una de las herramientas más poderosas para el autocontrol y la transformación del ser humano- que alguien se me acerque y me diga: “Yo no puedo practicar el yoga, porque el pastor de la iglesia donde voy nos dice que el yoga es obra del demonio y quienes lo practican son seres demoníacos”. 

La respuesta que les doy al respecto es relativamente corta y, palabras más, palabras menos, la puedo resumir en lo siguiente: entiendo lo que puede decir un pastor, pero afirmo que la base de su razonamiento es el desconocimiento, la ignorancia de lo que constituye la esencia del yoga. Por el saber que tengo sobre esta disciplina de autoconocimiento y desarrollo del ser humano -la cual se ha venido practicando, según algunos historiadores, desde hace 12.000 a 7000 años antes de la era cristiana-, puedo asegurar que nadie se va a condenar. 

Estoy seguro de que no irán a los confines del infierno, porque cada vez es más evidente que ese lugar y ese personaje al que tanto se los teme no se encuentran en ningún espacio físico, sino dentro del propio ser. Cada individuo, por su comportamiento y por su actitud consigo mismo, con sus congéneres, con los demás seres sintientes e, incluso, con la casa planetaria, quien se condenará o se salvará ante su propia conciencia.

Retomando lo que expresaba en las primeras líneas, el pensamiento regido por los dogmas ha sido el responsable de las grandes tragedias que ha sufrido y sigue padeciendo la civilización humana. ¿O cómo explicar, entonces, los exterminios, las guerras de carácter religioso o político, que han acabado con la vida de millones de seres humanos? ¿Cómo dilucidar lo que sucede en Colombia, que se encuentra claramente polarizada entre sectores ubicados en los extremos del espectro político y social, que pretenden tener la solución mágica de los problemas del país? Y lo más grave es que millones de personas “comen de ese cuento” e insultan a quienes no comulgan con sus preceptos. Buda también enseñaba que “el conflicto no es entre el bien y el mal, sino entre el conocimiento y la ignorancia”. 

 www.urielescobar.com.co  Twitter: @urielbarrios16 

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