Yoga para un nuevo ser humano
Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *
Uno de los grandes propósitos que tiene el ser humano a lo largo de su ciclo vital es conservar la salud integral. Cada día, las personas invierten una gran cantidad de recursos económicos y de tiempo en pos de alcanzar ese ideal.
Ya los griegos en el siglo I de nuestra era habían acogido fervorosamente e incorporado a su estilo de vida la frase de Décimo Junio Juvenal: “Orandum est ut sit mens sana in corpore sano” (debemos orar por una mente sana en un cuerpo sano), pues esta civilización daba una gran importancia a los aspectos intelectuales, físicos y espirituales (mente, cuerpo y alma) en la formación de sus ciudadanos.
Durante los últimos 50 años, las investigaciones científicas sobre el impacto que tiene el estilo de vida en la salud y la enfermedad han sido concluyentes: muchos factores intervienen, pero uno de los principales, y sobre los cuales la persona puede tener injerencia, son las normas de autocuidado, la alimentación, el ejercicio y la gestión adecuada de los elementos internos y externos productores de tensión y estrés.
Actualmente, una de las estrategias más utilizadas por la medicina mente-cuerpo o integrativa es la incorporación de la práctica del yoga en la vida cotidiana. Se trata de una disciplina milenaria cuyo origen se ubica en Oriente, según algunos investigadores, entre unos 10.000 a 5.000 años a.C. Si bien en Occidente se conoce desde hace aproximadamente 100 años, los estudios que universidades o centros de investigación en diferentes partes del mundo han llevado a cabo para determinar su eficacia en la conservación de la salud y su ayuda para mejorar diversas enfermedades físicas o psicológicas son más recientes.
Para muchas personas, el yoga es un estilo de vida que involucra posturas filosóficas encaminadas al autoconocimiento y al desarrollo espiritual. Desde la perspectiva del trabajo clínico, se puede considerar como una serie de prácticas que han demostrado ser sumamente útiles para el control de la ansiedad, el estrés y las enfermedades que se derivan de estos, unas verdaderas epidemias en un mundo caracterizado por el individualismo, el egoísmo y la lucha fratricida por la subsistencia.
Es tanta la importancia y el reconocimiento que tiene la práctica del yoga en el mundo entero, que la Organización de las Naciones Unidas, el 11 de diciembre del 2014, proclamó que el 21 de junio de todos los años se conmemoraría el Día Internacional del Yoga. Recomiendo la práctica de esta disciplina como una estrategia fundamental para contribuir al surgimiento de un ser humano más armónico consigo mismo, con sus semejantes, con el planeta Tierra y con el universo.
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