viernes, 9 de julio de 2021

DIMENSIONES

UN PAÍS ENDEUDADO CON SU GENTE

Por: Uriel Escobar Barrios, M.D. *

La paz es el resultado final de una serie de variables basadas en el respeto por parte del Estado hacia los derechos de los ciudadanos y en la garantía de unas condiciones de vida digna para toda la población. Hace algunos meses publiqué un artículo donde planteaba que, por ahora, en Colombia no habrá paz. 

¿Es una actitud pesimista? Considero que, más bien, se ajusta a la realidad que atraviesa el país: es imposible lograr la concordia nacional en momentos históricos de tanta desigualdad, injusticia, violación a los derechos humanos fundamentales, especialmente, de las poblaciones afrodescendientes, indígenas, tribales y, también, por cuestiones de género. 

Recientemente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publicó el informe Observaciones y recomendaciones por la visita de trabajo realizada a Colombia del 8 al 10 de junio del 2021. Este documento permite entender muchas de las fallas que han llevado a la postración y a la debacle de la institucionalidad en el país. 

Sobre la protesta social iniciada el 28 de abril del presente año considera que es el resultado del no cumplimiento de reivindicaciones estructurales e históricas de la población, como la inequidad en la distribución de la riqueza, la pobreza extrema y el poco acceso a derechos económicos, sociales y culturales, como la educación, el trabajo y la salud; a esto se agregan altos niveles de violencia e impunidad, así como la discriminación étnico-racial y de género. 

A muchos de estos reclamos no se les han dado cumplimiento, tal como está planteado en la Constitución Política de 1991 y en los Acuerdos de Paz de 2016, y todo se ha quedado en buenas intenciones. Además, en este paro nacional se han desnudado muchas violaciones al régimen jurídico establecido: muertes y lesionados durante la protesta, personas desaparecidas, violencia sexual, agresiones a periodistas y a misiones médicas, así como detenciones arbitrarias.

Este documento del CIHD –cuya lectura sugiero– le da unas recomendaciones generales al Estado colombiano, que se pueden sintetizar en “promover y reforzar, desde el más alto nivel, un proceso nacional de diálogo genuino, con enfoque territorial, que permita la escucha de todos los sectores, en especial a aquellos que han sido más afectados por discriminación histórica, social y estructural”. 

Las razones expuestas son elementos claves por los cuales es imposible que se logre la paz en Colombia si no se comienza a pagar la deuda histórica que se ha ido acumulando con grandes masas de la población, vulneradas en lo más primario a que puede aspirar un ser humano: vivir en condiciones de dignidad y con el respeto a sus derechos fundamentales.  

 www.urielescobar.com.co  Twitter: @urielbarrios16 

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