sábado, 19 de febrero de 2022

Dialogar en la diferencia

    Por Uriel Escobar Barrios, M.D.

Cada individuo humano tiene una serie de características físicas, psicológicas, emocionales y comportamentales que lo hacen único y distinto a sus congéneres. Se dice de manera coloquial que “cada cabeza es un mundo”; racionalmente, esta es una verdad de Perogrullo, sin embargo, en la práctica comienzan las dificultades cuando se trata de las normas que rigen la convivencia de una comunidad o de un país. 

Esto ha sido, a no dudarlo, uno de los grandes problemas que ha enfrentado la civilización humana a lo largo de su desarrollo. Los primeros vestigios de violencia interhumana por no aceptar la diferencia datan de aproximadamente 10 000 años: investigadores de la universidad de Cambridge encontraron en Naturuk, Kenia, restos de 27 cazadores recolectores con señales de haber sido masacrados. Siguiendo el rastro de enfrentamientos humanos, la primera guerra de la que se tiene noticia sucedió hace 4500 años entre las ciudades sumerias de Lagash y Umma.

Durante casi un siglo estas ciudades hermanas se trenzaron en una guerra sin cuartel por la posesión de Guedenna, una de las zonas fronterizas más fértiles de toda la región. Unos de los más crueles y devastadores exterminios humanos se produjeron durante la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial (1914-1918), en la cual perdieron la vida 14. 6 millones de personas entre militares y civiles. 

¿Cuál fue la causa principal? La ambición de las grandes potencias mundiales de ese entonces (Gran Bretaña, URSS y Alemania) por expandir su poder en los imperios coloniales. No obstante, la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) ha sido la más degradante en cuanto al irrespeto de la dignidad humana, porque los 70 millones de personas asesinadas fueron sometidas a vejámenes como muertes colectivas en campos de exterminio (El Holocausto) y por armas nucleares de destrucción masiva. Como civilización, ¿hemos aprendido algo de lo que nos dejaron estas lecciones? Los enfrentamientos que se ven en este momento a nivel global parecen decir que muy poco: seguimos recurriendo a la fuerza para resolver los conflictos.

Los cuatro sucesos descritos muestran la incapacidad de los humanos para aceptarse con las características individuales y grupales que los caracterizan. Las confrontaciones entre individuos, grupos y sociedades tienen como base el desconocimiento de la diferencia, el pretender que el semejante se adapte a los paradigmas que ‘me rigen’ y que ‘considero’ como adecuados para los demás. Derrumbar este esquema mental es lo que permite dialogar y entenderse. 

El nivel de confrontación que vive Colombia en este momento se evidencia de forma grotesca en las redes sociales, donde insultos y señalamientos son los “argumentos” de la mayoría de las campañas políticas que buscan, a través mensajes emotivos, ganar adeptos para su causa. Ninguno de ellos tiene la verdad, porque esta no existe en la comprensión del complejo universo humano. www.urielescobar.com.co. www.urielescobar.com.co

No hay comentarios:

Publicar un comentario