viernes, 15 de julio de 2022

El precio del dólar es un dolor de cabeza


Redacción El Blog del Ministro

Cuando Gustavo Petro ganó la Presidencia, varios analistas y medios de comunicación se afanaron a asegurar que el precio del dólar subiría inmediatamente a 5.000 pesos. No ocurrió. Durante los 20 días siguientes los aumentos han sido paulatinos y se llegó a una cotización el 13 de julio de $4.670. Aún muy lejos de las predicciones de los apóstoles de la catástrofe.

Durante estas tres semanas posteriores a la elección presidencial, esos incrementos del dólar han tenido que ver marginalmente con el triunfo de Petro. Tal vez, por mucho, la primera semana. El resto es consecuencia de acontecimientos mundiales, que seguirán afectando la divisa en todos los países.

Antes de las elecciones muchas personas empezaron a comprar dólares previendo no solo el triunfo de Petro, sino una afectación del orden público si ganaba Hernández. Querían tener a mano una divisa fuerte y poder, eventualmente, salir del país.

A pesar del discurso conciliador de Petro durante el acto público de celebración del triunfo y las demostraciones posteriores de avanzar en el dialogo para un acuerdo nacional, hay gente que no cree en sus buenas intenciones, y sigue buscando dólares, una actitud cada vez menos frecuente.

Lo que sí ha ocurrido es que la inflación, la posibilidad de una recesión en las grandes economías, comenzando por Estados Unidos, los efectos de la guerra propiciada por Rusia en Ucrania, el aumento de las materias primas y los cierres cada vez más largos de la producción China por confinamientos para evitar la expansión del Covid 19, ha revalorizado el dólar en todo el mundo.

Por ejemplo, luego de 22 años, el dólar logró equiparar la cotización del Euro y sobrepasarlo. Una muestra que ante todos los acontecimientos antes descritos, la gente busca en la moneda norteamericana un refugio seguro. 

Y como el dólar es una mercancía, está afectada por la ley de la oferta y la demanda. Eso quiere decir que cuando escasea, su precio aumenta, y sucede lo contrario cuando hay poco interés en ella. Hoy todos quieren tener dólares en sus cuentas.

Un aumento del dólar en un país como Colombia tiene varias consecuencias positivas, una de ellas es que los exportadores logran obtener muchos más pesos por sus ventas al exterior; otra es que las familias que reciben remesas en dólares logran tener más plata en sus bolsillos. Sin embargo, también hay consecuencias negativas, como que las importaciones de alimentos, materias primas y bienes duraderos, requieren de mayor cantidad de pesos para poder comprar dólares y negociar con en el exterior; esto también le sucede a los viajeros que visitan otros países; y no escapan las empresas que tienen deudas con bancos o corporaciones internacionales.

Otro efecto con un dólar tan caro, es que hace mucho más pobres a los colombianos frente a los estadounidenses. Un ejemplo, nos permite aclarar el tema: Suponga que una familia tiene una vivienda avaluada en $800 millones. Esa propiedad valía 276 mil dólares el 7 de agosto de 2018, cuando se posesionó el presidente Iván Duque, teniendo una tasa de cambio de $2.898,86. Esa misma vivienda el 13 de julio de 2022, con un valor en pesos de $1.000 millones, gracias a la valorización, costaría 214.132 dólares y si no se hubiera valorizado su precio ascendería a 171.306 dólares, con una tasa de cambio de $4.670.

Si esa familia, con una propiedad costosa y cómoda para la realidad económica colombiana, quisiera llevarse esa plata para Estados Unidos, apenas sí le hubiera alcanzado para comprar una casa, hace cuatro años, en un suburbio de clase media baja; pero si lo hiciese ahora, adquiriría una vivienda en una zona marginal de estrato bajo con muy pocos metros. Esa es la realidad.

Los expertos en economía internacional, aseguran que el dólar podría seguir valorizándose en el mundo entero, y una de las razones más poderosas es que por efectos de la inflación y el aumento de las tasas de interés de referencia entre los bancos en casi todos los países del mundo, se acerca una recesión con efectos desastrosos sobre la calidad de vida de las personas y la salud financiera y operativa de las empresas.

Las tasas de interés de referencias las definen los bancos centrales, en el caso colombiano, el Banco de la República y en el de Estados Unidos la Reserva Federal. La recesión se presenta, de acuerdo con la teoría económica, cuando el valor de los bienes y servicios producidos en un país (PIB), decrece durante dos trimestres seguidos. 

Hoy 14 de julio, la tasa representativa del mercado cayó a $4.484, o sea,  $186 menos que el día anterior, por lo cual se mejora el perfil de las deudas en dólares por parte de las personas y las empresas nacionales colombianas, pero pierden los exportadores, que recibieron menos pesos por sus negocios con el exterior.

Finalmente, la variación del dólar en Colombia depende cada vez menos de los fenómenos sociales y políticos internos, y mucho más de los sucesos internacionales.

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