sábado, 29 de octubre de 2022

Símbolos y control social

  Por Uriel Escobar Barrios, M.D.

Los humanos se conectan entre sí a través de símbolos que son validados por los paradigmas establecidos en su comunidad. La historia del desarrollo de la civilización se ha construido sobre un principio fundamental: buscar por todos los medios necesarios formas para controlar al individuo y que este estructure su vida dando prioridad al cumplimiento de las necesidades colectivas;  en este caso, la sociedad delega en un grupo de personas la responsabilidad de marcar el rumbo que debe seguir el colectivo. 

Esas personas deben hacerlo a través de diferentes formas de organización, que idealmente deberían tener como prioridad el beneficio general. No obstante, este propósito altruista casi siempre deriva en formas de control social, donde lo predominante es mantener el statu quo. Dos aspectos son cruciales para tratar de entender esta dinámica que relaciona a la persona con la sociedad: el concepto de símbolo desde el punto de vista psicológico y las razones por las cuales este juega un papel tan importante en la estructuración de una cultura y una civilización.

El símbolo es la representación de uno o varios conceptos complejos que permiten una más fácil comunicación entre los representantes de una cultura e, inclusive, de una civilización. Para su construcción y validación se requiere, por supuesto, de un consenso colectivo que finalmente lo avala; el individuo lo introyecta y lo convierte en una forma de identificación consciente e inconsciente con el grupo al cual pertenece. Por ejemplo, una cruz roja simboliza ayuda médica humanitaria; este significado  trasciende fronteras, y quienes la portan son reconocidos en todos los lugares como trabajadores del sector de la salud. 

Esa misma cruz sin ningún color identifica a los creyentes de la iglesia católica; así como las demás religiones tienen sus símbolos que las convocan y permiten el reconocimiento de quienes profesan una misma fe. Los seres humanos son una especie gregaria (forma de conducta de quienes viven comunitariamente); este comportamiento les ha permitido no solo incrementar su población y adaptarse a casi todos los ecosistemas del planeta Tierra, sino desarrollar una cultura caracterizada por el avance tecnológico global.

Desde que inicia su proceso de aprendizaje, el individuo se encuentra sometido a las formas de comunicación imperantes en su sociedad, así que no solamente tiene que reconocerlas, sino adaptarse a ellas, porque es el único modo en el cual puede interactuar en un entorno que siempre lo bombardea con información que debe ir asimilando, hasta que llega a la edad adulta, en la cual replica los imperativos aprendidos en su vida. El símbolo en la sociedad actual representa un poderoso instrumento para tener un control sobre sus integrantes. El desarrollo del ser implica reconocer este poder que tiene el símbolo y cuestionarlo cuando va en contravía o coarta su libertad personal. 

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