Por Uriel Escobar Barrios, M.D.
Entre los grandes ideales que el ser humano ha perseguido a lo largo de la historia están alcanzar la inmortalidad; evitar el dolor, la enfermedad y la muerte; crear y desarrollar mayores y mejores habilidades tanto físicas como psicológicas; tener un control sobre los fenómenos impredecibles de la naturaleza; y, finalmente, mejorar sus condiciones de vida en general.
Según algunos investigadores, desde la aparición de los humanos actuales en el sur del continente africano, de 300 a 200 mil años hace, ha habido grandes avances hacia ese propósito que pretendemos lograr como especie. No cabe duda de que este salto cualitativo ha estado mediado por el desarrollo de la inteligencia, que en Psicología se la ha definido como un conjunto de habilidades cognitivas en las que se incluyen la percepción, el razonamiento, el cálculo, el aprendizaje, la memoria, la asociación, el pensamiento abstracto y el razonamiento. El cada vez mayor desarrollo de esta potencialidad ha permitido incorporar nuevos elementos trascendentales en la vida moderna. Uno de ellos es la que se ha denominado inteligencia artificial.
La inteligencia artificial, IA, puede ser considerada como un área de las llamadas ciencias computacionales, cuyo objeto es estudiar, diseñar y desarrollar modelos capaces de realizar actividades que son propias de los seres humanos, utilizando procesos de análisis, comprensión y razonamiento, semejantes a los realizados por la inteligencia humana. Para ejecutar estos procedimientos, la IA se nutre de diversas áreas del conocimiento, como la informática, la lógica, las matemáticas y la filosofía.
El impacto de la IA sobre la civilización actual implica un verdadero salto cualitativo en la evolución humana: sus repercusiones ya son evidentes en el mejoramiento de la productividad en todas las áreas del trabajo, de la salud, del ocio, de las interacciones entre las personas, lo que nos acerca a concebir a un nuevo ser humano en relación con los ideales planteados al inicio. De ello surge un concepto que adquiere nuevas dimensiones: el transhumanismo, como un paso intermedio para llegar al poshumanismo o a la fusión del ser humano con la máquina.
El transhumanismo o H+ es una propuesta de un grupo diverso de investigadores, entre quienes están J.B.S. Haldane, Julian Huxley y Nick Bostrom. Se trata de un movimiento que propende por la superación de las limitaciones de los seres humanos (físicas y psíquicas), mediante la utilización de los avances tecnológicos. La Asociación Mundial Transhumanista (1999) se cataloga como “un movimiento cultural, intelectual y científico que afirma el deber moral de mejorar las capacidades físicas y cognitivas de la especie humana, y de aplicar al hombre las nuevas tecnologías, para que puedan eliminar aspectos no deseados y no necesarios de la condición humana como son el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento y hasta la condición mortal”. www.urielescobar.com.co
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