sábado, 4 de febrero de 2023

Dimensiones - ¿Por qué nos están matando?

 Por Uriel Escobar Barrios, M.D.

La no aceptación de la diferencia, la discriminación, la estigmatización y la violencia tienen su origen en la ignorancia de quien las ejerce. Solo a través de la educación que se convierte en sabiduría se puede comprender un principio esencial: los seres humanos son iguales en dignidad y en derechos, y deben reconocerse en sus particularidades.

Uno de los indicadores del nivel de desarrollo de una comunidad o de un país es la capacidad de sus integrantes para aceptar la diferencia que caracteriza a cada ser humano. Esa capacidad se logra por medio de la educación, como el expresidente sudafricano Nelson Mandela (1918-2013)  expresó de manera magistral: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. 

El genocidio, que se considera como el exterminio sistemático de un grupo social por motivos raciales, religiosos o por pertenecer a grupos percibidos como amenazantes para “el establecimiento y las buenas costumbres”, ha sido una constante en la historia de la civilización humana. Cuando se analiza cuáles son las naciones o regiones donde se presenta con mayor frecuencia esta práctica aberrante, se encuentra que son países con menor desarrollo social o económico y también potencias imperialistas que tratan de mantener sometidas a las que denominan “sus colonias”, para extraer y lucrarse de sus riquezas.  

Hace algunos días una persona que está recibiendo tratamiento en la clínica Psico, institución especializada en el tratamiento de las conductas adictivas, me preguntó con mucho dolor a raíz del asesinato de uno de sus mejores amigos, quien también padecía un trastorno por consumo de sustancias psicoactivas: “¿Por qué nos están matando?”. La situación, que dolorosamente se está presentando en la ciudad de Cartago, Pereira y Dosquebradas, obedece a un fenómeno particular. 

Hablemos de Cartago; veamos su contexto: en 2022, asesinaron a doce personas que habían asistido a la institución en busca de ayuda para su enfermedad adictiva, y en lo que va corrido del 2023, ¡ya son tres los casos! Lo más grave de la situación es que hay un número importante de amenazas entre  quienes reciben tratamiento. Alrededor de estas personas, que deberían recibir ayuda de la sociedad para superar la enfermedad, existen grupos sociales autodenominados “de limpieza social” que realizan acciones para provocar su extinción física.

La respuesta a la inquietud del paciente nos la dio ya Sidartha Gautama, el Buda (563-483 a.C.), cuando dijo: “Una persona sabia no intenta lastimar a otros. Una persona sabia procura el bienestar para sí misma, los demás y el mundo entero”. La sociedad colombiana está permeada por la ignorancia, y esta es la principal razón por la cual grandes sectores siguen pensando que la única manera de resolver un conflicto es acabando con quien es o piensa diferente. La paz es consecuencia de la aceptación de la diferencia que surge de un corazón sabio y compasivo.

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